Contra las patrias, el Viejo Maestro




La nacionalidad del obrero no es ni francesa, ni inglesa, ni alemana, es el trabajo, la esclavitud libre, el automercadeo. Su gobierno no es ni francés, ni inglés, ni alemán, es el capital. Su aire nativo no es ni francés, ni alemán, ni inglés, es el aire de la fábrica. La tierra que le pertenece no es ni francesa, ni inglesa, ni alemana, está a unos cuantos pies bajo el suelo.
Karl Marx: Crítica de «El sistema nacional de economía política» de Friedrich List

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domingo, septiembre 30, 2012

Impresionante concentración en Plaza de Neptuno el sábado 29S

La gente ha perdido el miedo, las leyes represivas nuevas son ignoradas tanto por los manifestantes como por parte de los jueces de la audiencia nacional que se niegan a recepcionar las causas contra los detenidos del miércoles 25S.

 La policia jamás estuvo mas repudiada por los ciudadanos, los apoyos que recibe mas allá del gobierno se circunscriben a estrechos sectores de la derecha y extrema derecha, con  ese repudio carga la actual democracia, y por fin el panorama, los objetivos del 15M y de la mayoria de los organizadores del 29S se configura en toda la carga critica, reivindicativa y alternativa que conlleva el Proceso Cosntituyente.

Imagenes de la concentración ante el Parlamento el 29S

No somos 5 o 6, la Plaza de Neptuno a rebosar:


sábado, septiembre 29, 2012

lunes, septiembre 24, 2012

Desconcierto después de la marea: Catalunya hoy


18 sep Por Jaume PUIG I TERRADES

En campoabierto


 
El amigo Jaume Puig fue durante años secretario general de CC.OO. del Maresme (Mataró) y miembro de la Ejecutiva de CC.OO. de Catalunya. Con este texto entra de lleno en nuestra Conversación sobre Cataluña.
 
¿Es Cataluña mayoritaria y definitivamente independentista? ¿El nacionalismo catalán ha modificado su paradigma? ¿Los sindicatos y la izquierda también son ahora nacionalistas?¿Que ha cambiado sustancialmente, para que, lo que antes era obra de unos cuantos centenares de manifestantes en esta ocasión hayan sido más de un millón? Podríamos añadir más interrogantes, pero, si soy capaz de responder a los enunciados, me daré por satisfecho.
 
No sabemos si los catalanes, en el sentido que los definía Jordi Pujol, “Es catalán todo el que vive y trabaja en Cataluña” se han vuelto mayoritariamente independentistas. Esto no lo podremos saber hasta el día que los ciudadanos seamos consultados con todas las garantías democráticas. Lo que sabemos hasta hoy es lo que la demoscopia nos indica: que el sentimiento independentista ha crecido considerablemente en los últimos meses. Una expresión de este crecimiento es la masiva manifestación del pasado 11S con la explosión de banderas independentistas que han sustituido la clásica senyera, que por cierto está presente en el escudo de España.

 
Que el sentimiento, porque de eso se trata, fundamentalmente, de un sentimiento, de desafección de gran parte de los catalanes respecto a España sea hoy mucho mayor que lo era en la transición, después de haber conseguido el autogobierno con atribuciones exclusivas en la enseñanza, la sanidad, la policía, con una televisión autonómica, con un parlamento propio etc. parece contrario a la razón, pero también es cierto que el nacionalismo ha conquistado la hegemonía   a partir de conectar como nadie con la mesocracia de este país y de utilizar magistralmente los recursos de la Corporació Catalana de radio  i televisió incluso durante los gobiernos tripartitos, añadiéndole el (mediático) potente grupo Godó,  subvención mediante, de nueve millones de euros. Esos altavoces mediáticos se han comportado durante los días previos como verdaderos agentes de la agit-prop, dignos de mejor causa, cierto es que si el campo no está preparado la lluvia puede resbalar por las torrenteras, y hay datos objetivos como son el déficit fiscal y la desgraciada sentencia del Constitucional sobre el Estatut después de ser aprobado mayoritariamente en referéndum, ha encontrado una ciudadanía muy predispuesta, amén de la ofensiva del PP gobernante contra nuestra lengua, todo ello en medio de la crisis sin parangón desde la posguerra, las consecuencias de la cual el partido gobernante en Cataluña ha sabido eludir can la excusa del déficit fiscal y desactivando a la oposición con la excusa de la herencia recibida, como buenos colegas del PP.
 
Considero que precisamente el ahondamiento de la crisis explica gran parte de la presencia masiva en la manifestación, si no ¿por qué en la manifestación de la Diada del año pasado solo fueron los mismos grupos minoritarios de todos los años, teniendo en cuenta que la sentencia sobre el Estatut es de junio de 2010?
La razón de existir de un partido nacionalista no es la convivencia fraternal con otros pueblos dentro de un mismo estado, sino la conquista del estado propio. Debemos celebrar que después de 35 años Convergencia Democràtica  de Catalunya reivindique claramente el Estado propio y que hayan casi desaparecido los eufemismos.
Pues sí, el nacionalismo catalán, hegemonizado por CIU, a partir de la irrupción de una nueva generación que no participó en los pactos de la transición y que han actuado en política siempre en democracia, ha asumido  el control del partido en el último congreso, con el nuevo paradigma de la independencia, abandonando las ambigüedades así como las veleidades democristianas del pujolismo, al tiempo que abrazaba el nuevo icono de la modernidad que es el neoliberalismo sin ningún complejo.
 
Otra cosa distinta es el papel que está jugando la izquierda catalana, desde ICV y el PSC, hasta los sindicatos., teniendo en cuenta que el nacionalismo siempre ha sido ajeno al mundo de la izquierda. Por mi parte nunca he entendido cómo se puede conjugar, una cosa con la otra, además, la experiencia me enseña que cuando a un nacionalista de izquierda se le pone en la encrucijada siempre escoge el nacionalismo. No es menos cierto que hay varias maneras de enfrentarse a la ola, en mis tiempos de sindicalista nunca me gustaron los que en momentos críticos rehuían tomar posición para dejarse llevar por las actitudes más enardecidas, cuando no se ponían al frente de las mismas, o los más pusilánimes que sin tomar partido se justificaban con aquello tan manido de “yo, lo que diga la asamblea”, pues bien da la impresión que ante esta ola –cuidado que las grandes olas acaban estrellándose en el malecón o arrasan con todo lo que encuentran dejando un paisaje desolador – la izquierda catalana o se ha subido a ella, o se pone de canto, no sin antes echar por la borda gran parte de su bagaje ideológico.
 
 Será porque ICV  no tiene referente en el resto de España y ante la necesidad de abandonar la marginalidad busca pescar en todos los caladeros posibles, ha llamado a la manifestación, intentando marcar perfil propio, insistiendo en el viejo eslogan del derecho a la autodeterminación, pero sin decir hacia donde se determinarían, que como era de esperar ha quedado diluido en la marea. El PSC por su lado, que sigue en shock post traumático, se ha manifestado en contra de la secesión poniendo el acento en el federalismo, con algunas voces disonantes, como ocurre siempre que un partido está en crisis y más en perspectivas electorales a la vuelta de la esquina; al mismo tiempo está buscando la complicidad del partido hermano que está enfrascado en otras historias y en ese terreno lo menos que se puede decir es que está autista.
 
Los sindicatos, UGT y CCOO, han tenido un posicionamiento ambiguo, un poco en la línea de ICV, no por casualidad situados en la cola de la manifestación, con la excusa que entre los afiliados existen muchos nacionalistas, lo cual será cierto, como que también debe haber quien está en contra del aborto y a favor de la segregación por sexos y no por ello se manifiestan con los obispos y con E.Cristians .
Mientras tanto la patronal catalana incluso las Pimes no comparecieron en la manifestación y en cambio están apareciendo, de momento sutilmente, para rebajar la tensión y rebajar el entusiasmo arcangélico de los independentistas. La realidad es muy dura, la prioridad de los empresarios es como combatir la crisis y desconfían con razón que la independencia les facilitaría las cosas. Es cierto que el mercado catalán es el más exportador de España, el 53%, pero el 47% restante es mercado español y con las cosas de comer no se juega.
 
Por mi parte, en mi caminar por la ideología de izquierdas llegué al paradigma de  libertad,  igualdad y  fraternidad como tres conceptos con los que enfrentarnos a la ideología de que cada uno se espabile y de lo nuestro por encima de todo.
 
Me parece un disparate mayúsculo que por un 4% de déficit fiscal y por los ataques de unos cuanto y las incomprensiones de unos muchos  -de aquí y de allá- tengamos que ir a un choque frontal que destruya por muchos años los lazos de solidaridad que hemos ido tejiendo durante siglos.
 
Mi paso por la escuela franquista en la que me enseñaron aquella frase de José Antonio: “España, lo único importante”  me curó de veleidades nacionalistas; casi se me había olvidado, pero los discursos arrebatados de algunos tertulianos durante esos días me lo han recordado, podrían asumir la misma frase intercambiando España por Cataluña.
Que no me busquen hurgando en las diferencias y mucho menos en las mentirosas superioridades, con las cosas serias de verdad, y la convivencia es una de ellas no se puede andar con frivolidades

sábado, septiembre 22, 2012

La foto, el filósofo y la etnicidad electiva




Foto en la primera página del viernes 21 de septiembre del diario global-imperial, el mismo que ahora parece apostar por el federalismo o por alguna versión del mismo (y hace cuatro días y cinco noches tildaba de trasnochada e irresponsable cualquier propuesta de la izquierda que abonara este razonable sendero):
El president neoliberal Artur Mas, el de EuroVegas, tras su reunión con don Mariano, saludando a sus partidarios a la entrada del edificio de la Generalitat en la Plaza Sant Jaume, la antigua plaza de la República en tiempos añorados. La misma sonrisa medio apagada que parece querer apuntar un maquiavelismo calculador que suma y resta ininterrumpidamente y una sabiduría ubicada en el más del bien y del mal, la soberbia de casi siempre más o menos ocultada (¿recuerdan lo de los niños gallegos y andaluces a los que no se les entendía cuando hablaban en castellano? [1]), el saludo con los cuatro dedos-barras del independentismo, y a pocos metros de él, cinco o seis, no más, saltándose el cordón policial, un filósofo aplaude entusiasmado.
No sólo aplaude sino que su cara muestra una admiración ilimitada por el gran político institucional y por lo que su figura encarna en estos momentos. Vitorea al líder, a su líder. Es Xavier Rubert de Ventós, el amigo de Felipe González, el que negoció con la Administración Reagan la permanencia otánica, el que habló hace una década de la conveniencia pragmática de la apuesta por la independencia, el consejero áulico de Pasqual Maragall, el compañero del sector catalanista-neoliberal del PSC. Ese mismo. Con su cara transpuesta, su entusiasmo ilimitado y su más sincera admiración por un líder carismático para sectores influyentes de las clases medias catalanas muy bien ubicadas en eso que se llama “sociedad civil”.
¿Ese es, ese tiene que ser el compromiso del filósofo? ¿No deberían otras veces argumentar que otro mundo político-filosófico es posible, que otras vías transitables son más razonables, que otras finalidades son más justas, más solidarias y, sobre todo, tienen más en cuenta los intereses y sentimientos de los desfavorecidos de la tierra catalana que no son pocos? ¿No hay filósofos e intelectuales catalanes que deban alertar a la ciudadanía de qué muy poco –y nada bueno- se puede esperar de un gobierno que ha sido líder destacado en hachazos al demediados Estado de bienestar catalán, que ha argumentado que la salud no es un derecho, que ha atacado –y ataca- gravemente la educación pública y las partidas sociales más básicas, que ha apostado por un infamia como Eurovegas y, que para acabarlo de arreglar, ha puesto su manto neoliberal en una Barcelona World en beneficio de La Caixa y de un empresario blavero subido a la ola de la estafa y burbuja inmobiliaria?
Eso sí, para que las cosas empiecen a quedar claras el senyor Francesc Homs, el portavoz del gobierno catalán, el que llamó macarra a Montoro, ha declarado que quizás -que tal vez, que posiblemente, que podríamos hacerlo mejor así, que es una vía a explorar y a tener muy en cuenta-, que acaso la decisión de la independencia no se haya de tomar en un referéndum. Que nada de eso. Hay mucha ciudadanía y las cosas pueden desmadrarse un pelín. Hay otra vía. ¿Se la imaginan? Efectivamente: que el Parlament catalán surgido de las elecciones que se van a celebrar el próximo octubre o noviembre, y que ellos esperan ganar por mayoría absoluta y aplastante, la proclame. Sin que la ciudadanía se moleste en manifestar abiertamente su posición. Ya están ellos para eso.
¿Así entienden los líderes de Convergència el ejercicio del derecho de autodeterminación? ¡Qué demócratas tan admirables! ¿Acaso piensan que la vía de la consulta ciudadana no es tan segura y que alguna encuesta de última hora ha señalado algún riesgo en la operación diseñada? ¿Piensan tal vez que quitan de este modo todo atisbo de protagonismo a los minoritarios sectores de la izquierda independentista?
Mientras tanto, para acabarlo de arreglar, ICV dice apostar por la independencia (¡quines coses que promueven los amigos ecosocialistas!) [2] y en uno de los últimos pasos de la sutil y calculada estrategia de la Asamblea Nacional de Catalunya, uno de los múltiples tentáculos de CiU, puede leerse (ayudo en la interpretación):
"En els casos en què es preveu l'impediment d'un plebiscit pel govern espanyol, el full de ruta proposa de seguir, com a complementaris de l'acció dels càrrecs electes [de los cargos elegidos], els procediments establerts per l'Agència del Cens Nacional del Poble Català” [3].
La Agència ha abierto un censo en el que se pueden ya inscribir voluntariamente todos los que se consideren miembros de la “nación catalana”. Sólo ellos.
El censo, prosiguen, ha de servir “perquè voti sobre la independència 'el poble català' i no 'la població' de Catalunya”.
¿Queda claro? Sólo el pueblo catalán que se reconoce como tal y se inscribe en el censo, y no, en cambio, la heterogénea y diversa población de Catalunya, se considere parte o integrante o no del pueblo catalán. Es decir, los nacionalistas-independentistas se constituyen en pueblo catalán y ellos, únicamente ellos, los que cocinan, guisan y comen su propio marco político, deciden la independencia. ¡Un diez y medio!
¿La finalidad? Con sus propias palabras: “legitimar un marc democràtic nacional [quieren decir, antidemocrático y etnicista] i de preparar un plebiscit organitzat pel poble català [es decir, por ellos y los suyos], amb observadors internacionals que farien de mitjancers internacionals."
¿Se dan cuenta del maravilloso panorama que se abre ante nuestros ojos y nuestros dolidos corazones? ¿Notan la inmensa solidaridad entre pueblos y los ideales de justicia social que alimentan la “ajustada y democrática” propuesta de la Asamblea Nacional de Catalunya?
¿Y la izquierda? ¿Dónde está la izquierda? ¿Paseando por el Pisuerga?
 
Notas:
[1] No hace señalar la cosmovisión que subyace al comentario y que es él, y no lo otro, el político –y su partido: CDC- que encarna y hegemoniza hasta el momento el proceso “independentista”.
[2] Como ha señalado Àngel Duarte Montserrat de Espai Marx: “estos son mis principios; si no le gustan, tengo otros”.
[3] : http://www.vilaweb.cat/noticia/3993745/20120312/diu-full-ruta-lanc.html
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

viernes, septiembre 21, 2012

Eurovegas: lo que está en juego es mucho más que las condiciones laborales

Antropología anticapitalista del casino estadounidense
Eurovegas: lo que está en juego es mucho más que las condiciones laborales




La primera vez que tuve contacto con los casinos de Estados Unidos fue una temporada en la que viajaba frecuentemente entre Nueva York y Boston en los míticos autobuses Greyhound. Cualquiera que haya pisado estas tierras sabe que la mejor manera de conocer las entrañas del monstruo es viajar en Greyhound, lo único que te prometen es transportarte de un punto a otro de la geografía nacional, pero sin saber ni a qué hora sales ni cuándo llegas a tu destino. Entonces yo viajaba en Greyhound no por placer, ni porque quisiera entender la América profunda, sino, como todo el mundo, porque no tenía dinero. En el Greyhound los asientos están apretados, el conductor grita las paradas, huele a comida rancia y a vómito, el individualismo y la privacidad no existen, la intimidad forzada es norma.

Durante aquellos meses oí muchas historias inverosímiles, compartí comida, chistes y tristezas, me reí y me juré no volver a montar en un Greyhound en mi vida. Las gentes que viajan en Greyhound son en general pobres de solemnidad en un país obscenamente rico, pero, entre New Haven (Conneticut) y Providence (Rhode Island), la pobreza habitual se hacía más abyecta y desesperada, porque el autobús se desviaba por una carretera comarcal para hacer una parada en el casino Mohegan Sun. Entre los clientes de ese casino había señoras afroamericanas de edad con respiradores de oxígeno, jubilados en busca de suerte o de un suplemento para la pensión, mujeres solteras en busca de emociones fuertes, toda una gama de personajes marginales que contrastaba con el rutilante decorado de neones y pantallas gigantes del casino al que iban a probar suerte o a aliviarse de la alienación de sus vidas. Entre ellos, recuerdo con especial cariño a un compañero peruano, la memoria sólo me devuelve imágenes sueltas, algunas frases: que acababa de salir de una de las muchas prisiones privadas, que lo habían echado de su casa, que compartimos un cartón de vino a escondidas en el autobús, que nos reímos de los gringos en español, que cuando se bajó en el casino con sus últimos dólares le di uno de esos abrazos que se dan cuando uno no tiene más que calor humano para compartir, que le deseé suerte sabiendo que para los condenados de la tierra la suerte está echada, que, cuando desapareció tras las puertas del casino, el vino agrio supo también a melancolía e impotencia.
Pero los casinos no sólo empobrecen a sus clientes, sino que destruyen todo lo que les rodea. Mohegan Sun, como la gran mayoría de los casinos en Estados Unidos, está en una reserva india. Las exenciones legales son una pírrica concesión, un sucedáneo de soberanía política para compensar por el genocidio de los pueblos indígenas, por el expolio de la tierra, por la destrucción de culturas y modos de vida milenarios. ¿Y de qué ha servido que los indígenas norteamericanos puedan construir casinos en sus reservas? Ha servido para enriquecer a una minoría de esas tribus y a una legión de industrias del entretenimiento, mientras la mayoría de los habitantes de las reservas se hunde en el alcoholismo y la depresión, privados de educación y servicios básicos, inducidos al suicidio por la maquinaria infernal de esos casinos que sólo profundizan la escisión y la herida coloniales.

La segunda vez que tuve contacto con los casinos fue en Detroit, “la ciudad del motor”, la “Motown”, el escenario del punk-rock transgresivo de Iggy Pop, la cuna del fordismo y la sede de General Motors en pleno corazón industrial del país. ¿Recuerdan aquélla boutade del Secretario de Estado Willson, “lo que es bueno para General Motors es bueno para el país”? Pues a la altura del año 2004 Detroit más que la cuna de la industria automovilística nacional, parecía Kosovo o Bosnia después de un bombardeo de la OTAN, una ciudad fantasma: hoteles de principio de siglo abandonados, una estación de trenes en ruinas, millares de casas y comercios con placas de madera en las puertas y ventanas, algunos vagabundos afroamericanos deambulando sin rumbo fijo por las calles, una prostituta aterida de frío frente a una licorería, hogueras en las esquinas de callejones oscuros, ecos apagados de una sirena… A diferencia de otras ciudades industriales como Pittsburg o Chicago, Detroit ha quedado suspendida entre la economía industrial fordista y la economía de servicios y entretenimiento post-fordista, un trágico palimpsesto, un museo donde observar las brutales secuelas de la industrialización norteamericana, una urbe abandonada a su suerte no sólo a causa de la deslocalización de la industria automovilística, sino también por los conflictos raciales y laborales. Este tipo de éxodo se conoce popularmente como “white scare”, miedo blanco: cuando la burguesía blanca comprende que no puede seguir explotando a la clase trabajadora para obtener beneficios mediante la imposición de condiciones estructuralmente racistas (segregación, disparidad de salarios y acceso a los servicios, linchamientos, brutalidad policial, etc.), se mudan a las afueras de la ciudad para no tener que lidiar con la miseria que ellos mismos han creado.

Precisamente para paliar la miseria y el racismo un alcalde de Detroit tuvo la feliz idea de crear una zona de exención legal e invitar a los casinos MGM (la competencia de Sheldon Adelson) a instalarse en la ciudad. Allí volví a ver a las mismas señoras afroamericanas con los respiradores asistidos de oxígeno, la misma gente con diabetes 2 en silla de ruedas, el mismo olor a tabaco pegado como una lapa a la moqueta, la misma obesidad mórbida producto de la pobreza y la mala alimentación. Los casinos de Detroit sólo han servido para hacer a la gente pobre más pobre y para profundizar la segregación racial. Por aquella época leíamos El Capital en el porche de una casa de Michigan y cuando Marx hablaba del capital como un vampiro que transforma el trabajo vivo en trabajo muerto, yo sólo podía pensar en esos casinos chupándole la poca vida que quedaba en las gentes de Detroit, hincándole el colmillo a la pobreza para transformarla en la miseria más abyecta, un páramo de zombies sin trabajo y sin esperanza. Y es que por debajo de las luces de neón, de la musiquilla de felicidad y los cócteles gratis de los casinos sólo hay podredumbre. Al fin y al cabo la mercancía que producen los casinos es miseria con luces: las fábricas de Detroit ya no producen coches, ahora producen pobres en cádena.
Pero los casinos de Detroit, el Mohegan Sun, son sólo una pálida sombra del monstruo original, Las Vegas. Y sí, no voy a ser hipócrita, claro que a todo el mundo le atrae ir a Las Vegas, una ciudad llena de mitos e íconos, empezando por Bugsy, ese gangster demente al que se le ocurrió plantar un casino en medio del desierto para que las estrellas de Hollywood pudieran desmadrarse y del que ya sólo queda una placa en un rincón de los jardines del Hotel Flamingo. En el strip de Las Vegas sólo se ven las luces y el espectáculo, la miseria está en otra parte. Lo que si se ven son miles de adultos actuando como los adolescentes que fueron o quisieron ser, vagando de casino en casino, haciendo todo lo que no se puede hacer en las puritanas ciudades de las que vienen: bebiendo por la calle en gigantescas probetas de plástico, cantando borrachos en un karaoke, jugando al Black Jack, comiendo desaforadamente en uno de los múltiples buffets con comida plástica de diarrea asegurada, buscando sexo en un ascensor, inhalando “cristal”, una droga que aparentemente te permite jugar 48 horas sin dormir…

Las Vegas es incomprensible sin la alienación estructural y diaria a la que son sometidos la mayoría de los americanos en su vida, vendemos nuestra fuerza de trabajo todos los días del año, para poder pasar dos o tres días en esta discoteca/burdel en medio del desierto, sublimando la represión que producen las autopistas de cinco carriles, la oficina o las restrictivas leyes del alcohol. Nada más conmovedor y melancólico que un grupo de secretarias de Wisconsin que ahorran todo el año para pasar un fin de semana en Las Vegas, un dentista de Nebraska borracho o una familia de clase media cuyo hijo dice, “papá, papá vamos a Venecia que venimos de París y así ya no tenemos que ir a Europa de dónde vinieron los abuelos”.
Pero no nos pongamos sentimentales ni moralistas, en Las Vegas sólo hay un dios: el dinero. La ciudad es la reducción de todas las relaciones interpersonales al equivalente universal del intercambio. Las Vegas agarra a sus visitantes de los tobillos, los pone bocabajo y les vacía los bolsillos; tarde o temprano el vampiro encuentra algún deseo oculto, un espectáculo, un anhelo, una comida, un vestido (últimamente las boutiques de lujo han abierto millas de tiendas en el strip). Los casinos, las tiendas de lujo, los restaurantes y los bares son vasos comunicantes que reparten dinero en un sitio y te lo quitan con creces en otro, la ciudad es un cuerpo sin órganos por cuyas venas corre dinero las 24 horas. “What happens in Vegas stays in Vegas” (lo que pasa en Las Vegas se queda en Las Vegas) dicen, pero lo único que se queda en Las Vegas de verdad es nuestro dinero en el bolsillo de magnates como Adelson, por eso en los casinos de Las Vegas no hay relojes, el único tiempo es el tiempo de la plusvalía, aquello de la jornada laboral de Marx ha sido pulverizado, el tiempo de la acumulación de capital y la explotación es siempre ahora, no tiene límites.

Sin embargo, Las Vegas no sólo es alienación y explotación laboral, es también espectáculo, pero no en el sentido de cabaret y circo, que también, sino en el sentido en que lo usaron los situacionistas. A mediados de los años sesenta, Guy Debord anunciaba que el capitalismo estaba penetrando en las esferas más íntimas de nuestra cotidianeidad reduciendo todas las relaciones humanas a relaciones pecuniarias. Esta penetración del capitalismo en su fase más avanzaba suplantaba el vínculo social por un espectáculo en el que la simulación de la realidad, sus imágenes, sustituían a la realidad y a sus referentes materiales. Observando el funcionamiento de Las Vegas hoy sólo puedo decir que las predicciones de los situacionistas se han quedado trágicamente cortas. Las Vegas ha abolido las cosas y las ha sustituido por mercancías, ha sepultado a los seres humanos y a la realidad bajo el destello siniestro de las imágenes y sus simulaciones. Un ejemplo sólo: sentado en un café de Las Vegas, en el sótano de un casino, apuro una cerveza mientras una mujer con aires hippies toca con una guitarra acústica, bajo un árbol de metal adornado con luces, “Me and Bobby McGee” de Janis Joplin. La escena tiene un aire funeral porque Las Vegas ha sustituido la luz del sol, el árbol, las hojas, la savia, la rabia y el talento de la música de Janis Joplin y las ha transformado en un espectáculo vacío, en una mercancía para consumir y tirar.

Cuando Esperanza Aguirre dice que Las Vegas no son sólo casinos, que es también la sede del “Cirque de Soleil” tiene razón, no se trata sólo de casinos, ni de cambiar la ley del tabaco, ni de tolerar relaciones laborales neofeudales, lo cual ya es en sí mismo bastante grave, se trata de un cambio de paradigma radical que amenaza con mercantilizar todavía más nuestra cultura y transformar nuestra sociedad en un espectáculo dominado por la lógica colonial de la cultura norteamericana. El capitalismo se adapta a las diferencias culturales, no es difícil imaginarse en Eurovegas a un ejercito de Torrentes falsos en lugar de Elvis falsos, es fácil imaginarse que se celebren corridas de toros en los casinos, tomatinas, verbenas o concursos de flamenco. Mi tono, aunque admonitorio, no trata de ser puritano, los que me conocen saben de mi generosidad con la ingesta de sustancias tóxicas y de mis ganas insaciables de juerga. Si hay algo que nos define es también nuestra cultura festiva. Esas fiestas de verano, por ejemplo, que son puro gasto improductivo y, en los pueblos pequeños, hasta suspensiones momentáneas del orden establecido merecen seguir siendo nuestras. La pregunta que tenemos que hacernos entonces es ¿vamos a permitir que Esperanza Aguirre y Adelson encierren nuestra cultura y nuestro modo de vida entre las cuatro paredes de un casino a cambio de un puñado de dólares y un montón de miseria? ¿Nos queda dignidad como pueblo o nos ha vencido la desesperación?


Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

martes, septiembre 18, 2012

“Hay intereses políticos y económicos que están muy cómodos en la crisis”

Economistas frente a la crisis

Entrevista a Juan Ignacio Bartolomé, miembro de Economistas Frente a la Crisis, en Nueva España 9 de Septiembre de 2012
 
Con una exposición muy profesoral, recurriendo de continuo a preguntas que él mismo se responde y a los ejemplos, Juan Ignacio Bartolomé Gironella (Santander, 1947) miembro de Economistas Frente a la Crisis, se empeña en mostrar lo que otros economistas no cuentan. La crisis tiene una raíz económica, pero su prolongación responde a factores que no se explican desde la disciplina económica.  Madrileño nacido en Cantabria por efecto del veraneo, Bartolomé Gironella mantuvo estrecho contacto con Asturias en los tiempos duros de la reconversión siderúrgica. Esta semana volvió a Gijón para participar en la Escuela de verano de UGT.

 -Responda a su propia pregunta en el curso: ¿qué hay detrás de la austeridad?
Mi teoría es que esta crisis resulta peculiar porque ha hecho aflorar todo un conglomerado de intereses económicos y políticos que se sienten cómodos en esta coyuntura porque ven que pueden lograr sus objetivos, algo que en otro contexto no conseguirían. Un ejemplo. La derecha en España siempre ha querido eliminar la labor redistributiva del Estado. El argumento de que hay que ahorrar y ser austeros es el mejor para eliminar esas transferencias sociales. Si un alumno me dice, como ahora se escucha de continuo, que «el Estado es como una familia, tiene que gastar lo que gana», le pongo un cero sin seguir leyendo el examen. El Estado no es como una familia. Los gastos de una familia no tienen repercusión directa sobre sus ingresos. El Estado, cuando gasta, lo recupera, y cuando deja de gastar, le disminuyen sus ingresos. Se está subvirtiendo el significado de los conceptos. Austeridad es lo contrario al derroche y el derroche consiste ahora en prescindir de magníficos investigadores o enviar al extranjero a nuestros jóvenes mejor preparados después de haber costeado su formación.



domingo, septiembre 16, 2012

La protestas en Portugal

 
 
Además de las protestas que hubo ayer en Madrid contra los recortes, también hubo en Lisboa (Portugal) otra concentración contra las imposiciones de la UE y la traición de su Gobierno al ejecutarlas.

Convocada por el colectivo adherido a DRY "Que se lixe a troika" ("que se joda la troika", para ser claros), empezó en la Praça José Fontana a las 17:00 y termino delante de la Assembleia da República (el Parlamento portugués).

Casualmente, también fueron detenidos cuatro manifestantes en esta protesta, al igual que en Madrid.

► Álbum fotográfico de las protestas en Lisboa: https://www.facebook.com/media/set/?set=a.406934859371718.101327.406661172732420&type=1

► Página web de la plataforma "Que se lixe a troika": http://www.queselixeatroika15setembro.blogspot.pt/

► Evento del próximo encuentro en Lisboa para organizar nuevas movilizaciones: https://www.facebook.com/events/521816631178113/

Gran manifestación el sábado 15 en Madrid: video de la detención de portadores de una pancarta para la acción #rodeaelcongreso del 25S



Comunicado de la Plataforma ¡En Pié! sobre las detenciones

Saco tres conclusiones, la primera que tienen miedo a lo que vaya a ocurrir el 25-S, la segunda que quieren meter miedo a la gente para que no acuda a la convocatoria del 25-S, la tercera que porque tienen miedo quieren meter miedo.
No sé lo que el 25-S dará de sí, lo que es evidente es que ¡¡¡¡ese es el camino!!! aunque de momento sólo pocos transiten por él. Ya lo cogerán muchos cuando vean que los otros no van a ninguna parte o te llevan al precipicio.
Salud!
Pepe
Tras la campaña de descrédito de la acción original atribuyendo la convocatoria a la extrema derecha, desde sectores de la izquierda, el gobierno y la policia se sienten legitimados para irrumpir en una manifestación y detener a los portadores de una pancarta que se limitaba a recodar la convocatoria del 25S. ¡Increible!, pero creíble en sumo grado quien hacía el juego a la represión involucionista, los convocantes o los detractores de la acción del 25S.

JM.



viernes, septiembre 14, 2012

James Petras: EEUU cree que puede utilizar a los terroristas como si fueran condón; usarlos y luego tirarlos


Aporrea

James Petras, intelectual estadounidense


13/09/12.-James Petras analista norteamericano aseguró que los hechos de violencia en los que murió el embajador norteamericano en libia, son resultado del poder desmedido que los EE UU le otorgó a los rebeldes y ahora se le sale de las manos, con una protesta tras la polémica y ofensiva película “El juicio de Mahoma” que levantó sensibilidad en el pueblo libio.

James Petras afirma que la estrategia de los EEUU es tan vieja como equivocada. Financia, apoya, promueve, organiza y arma a los terroristas y después pretende rechazarlos o humillarlos así como así. Están equivocados absolutamente, afirmó.

audio ruta de enlace http://laradiodelsur.com/wp-content/uploads/audios//JAMES%20PETRAS%2012-09-2012%20.mp3


Una controvertida película titulada  El Juicio a Mahoma, en la que se ofrece una visión peyorativa del profeta del Islam, desató este martes en la ciudad de Bengasi (en el este de Libia), un ataque en el consulado Estadounidense en el que murió el embajador de ese país  Christopher Stevens y otros tres empleados de la misión diplomática.


Grupos armados asaltaron el edificio del consulado estadounidense en Bengasi dejándolo en llamas como rechazo al video colgado en YouTube, sobre la vida de Mahoma que consideraron como una ofensa a su religión.
Los asaltantes, dotados de armas de fuego de alto poder como misiles, se enfrentaron a las fuerzas de seguridad que protegían el consulado; Stevens fue alcanzado por el fuego de los atacantes cuando intentaban trasladarlo a un lugar más seguro.


El analista norteamericano,  James Petras, aseguró que esta situación es otro ejemplo de la política boomerang de los Estados Unidos, ya que la Casa Blanca y el Pentágono armaron y financiaron a los  grupos extremistas que asesinaron al embajador.


Petras explicó, en una entrevista para La Radio del Sur, que los Estados Unidos piensa que puede utilizar a los terroristas contra sus adversarios y luego echarlos “como un condón usado”, para después colocar sus fuerzas armadas y justificar sus intervenciones. “Esa política nunca funciona es un desastre”, afirmó el analista.


Estados Unidos considera que puede ” intervenir en un país e imponer el imperio” eso no se puede pensar, los milicianos verán esto como una intervención”, afirmó en el programa El Tren de la Tarde.


“Estas personas están muy bien armadas”, eso muestra que “los grupos fundamentalistas son un poder importante”,  controlan partes del país e incluso Bengasi que era el bastión armado contra Muammar Gadafi fomentado por la CIA y ahora funciona como centro del terrorismo fundamentalista islámico, “los EE UU están pagando el precio por su alianza poco santa” como lo hicieron con Bin Laden y Al-Qaeda , concretó el analista.


Para Petras “los hechos son los hechos”, Estados Unidos, Inglaterra y Francia apoyaron y resguardaron  a los grupos armados y esto trajo como consecuencia el incremento de las fuerzas de estas bandas para formar un Estado  fundamentalista islámico, que rechaza las imposiciones occidentales.


Finalmente el analista norteamericano testificó que muchos grupos rechazaron la situación, aunque no son un grupo homogéneo, le hacen frente juntos al rechazo de esta película, finalizó.

jueves, septiembre 13, 2012

Retóricas del 11-S



Joan Rodríguez -  
 
Como cada año, a las puertas del 11 de septiembre, se ha manifestado una inflamación del verbo en la vida política catalana, anuncio de la obertura inminente del curso político. En los últimos años, la celebración ha ido experimentando una deriva hacia el independentismo o soberanismo, en paralelo a la radicalización del discurso de CDC sobre su modelo territorial. Esta deriva, que se expresa mediante una nueva retórica más desinhibida y frentista, le ha dado a la celebración mayor vigor político a la vez que le ha ido restando representatividad social. Existe el riesgo de que la Diada nacional sea cada vez más la celebración de sólo una parte de Catalunya. A las puertas de una intervención económica general de España y en medio de un retroceso acelerado de los servicios prestados por nuestro sistema de bienestar, la principal manifestación de este 11 de setembre omitirá de lleno las lacerantes consecuencias sociales que tal transformación está generando en buena parte de la población catalana. 

Alertaba de ello el escritor Antoni Puigverd, haciendo notar la significativa desatención que el nacionalismo reinante en estos días presta a los sectores sociales más afectados por esta crisis. Sugería una explicación inquietante: los afectados no son los ‘nuestros’. Y son inocuos electoralmente.

Ciertamente, en el relato soberanista de la política catalana, los ciudadanos originarios del resto de España y sus descendientes siempre han generado una anomalía incómoda de tratar. Sus opiniones y sus pautas de comportamiento político a menudo rompen la coherencia del retrato ‘nacional’ fomentado por el discurso dominante, distraen al público de la cuestión prioritaria, lo nacional, desviando su atención hacia problemáticas de tipo social y obligan a una contención terminológica a veces mal disimulada en el lenguaje político de los más locuaces. Por supuesto, este grupo es esencialmente heterogéneo. Algunos han acabado abrazando la causa nacional con frenesí. Pero una gran mayoría no lo ha hecho, y ahí está el problema para algunos.

Frente al compromiso de aquellas fuerzas políticas que han contribuido durante décadas a ampliar las fronteras de la concepción nacional catalana, favoreciendo la unidad civil y la integración en ella de todos los ciudadanos (quizá en detrimento de su significado cultural y político), los sectores más ortodoxos del nacionalismo catalán simplemente han ido haciendo abstracción de la diversidad social y cultural de la Catalunya contemporánea. Y cuando la realidad se vuelve ineludible, los esfuerzos se orientan más bien a tratar de interpretar en clave conspirativa la persistencia de esos otros catalanes que hablan principalmente en castellano, se sienten españoles (a la vez que catalanes) y no son partidarios de la independencia.

En el contexto actual, el independentismo se ha convertido en una válvula de escape para expresar el malestar político de muchos catalanes. Esto ha excitado el ánimo de los más conspicuos soberanistas. Entre los más estridentes, ya se oyen voces que piden “pasar lista” en la manifestación de este martes 11 y amenazan a los que no se apunten al independentismo de ser considerados traidores en un futuro. Podemos pensar que estos exabruptos se desacreditan por sí mismos, pero en la nueva retórica soberanista no lo podemos dar por descontado.

De forma más edulcorada, otros han ensayado la aplicación del concepto de white trash (basura blanca) a realidad social catalana, para referirse a un impreciso sector de la población catalana, castellanohablante, de origen social modesto y mayoritariamente votantes del PSC o abstencionistas. Que este sea un ejercicio destinado a desprestigiar a un PSC en horas bajas por haber sido el partido que ha recogido tradicionalmente la confianza electoral de esta población no diluye su contenido denigrante.  El acuñador en este caso, Jordi Graupera, ha importado, sin duda, un extranjerismo innecesario. La lengua coloquial catalana ya posee otros apelativos de uso corriente para designar esa realidad social. Deberíamos seguir llamándoles simplemente la “purria charnega” u otros apelativos generados por las ingeniosas redes sociales. Así quedaría más claro de qué se está hablando y qué prejuicios se ocultan detrás. Se responderá que no quiere decir exactamente lo mismo y que además resulta muy despectivo. No mucho más de lo que suena white trash en boca de un republicano americano de clase acomodada.

Aunque “todo lo que nos incomoda permite definirnos”, como sostenía el filósofo rumano Ciorán, no está claro qué puede aportar toda esta deriva neocon en el contexto político actual de Cataluña. Y menos aún qué sentido tiene dar categoría moral a conceptos segregacionistas (y que denotan en la raíz un fuerte componente clasista cuando no totalitario), que acaban siendo el reverso del “lerrouxismo”. Más bien creo que sólo contribuyen a desacreditar la legítima aspiración catalana para actualizar su autogobierno y a erosionar los esfuerzos de generosidad y paciencia que la sociedad está realizando para evitar una explosión de descontento con imprevisibles consecuencias ante esta crisis aún en plena ebullición. Una crisis que es para todos, con independencia de origen y lengua.

lunes, septiembre 10, 2012

Algunas hipótesis sobre la izquierda, Cataluña y el problema nacional




Como ciudadano catalán de izquierdas no pienso asistir ni a la concentración ni a la manifestación del 11 de septiembre. Estas son mis razones:
  1. Cataluña no es una nación. El término nación es un término moderno ligado al Estado y a la Economía-Mundo capitalista. No hay bases culturales para justificar una nación. Las identidades culturales tienen siempre una base religiosa, que es lo que constituye una comunidad homogénea.

  2. Cataluña no ha existido nunca como Estado, por tanto no ha sido nunca una nación. Tiene una lengua que comparte con Valencia, las Islas Baleares y alguna parte marginal de Francia y Cerdeña. La lengua no define una cultura. Cataluña ha tenido relaciones conflictivas y complicadas con el resto de España y con el gobierno de Madrid, peo no ha sido nunca una colonia.

  3. El gobierno de la Segunda República concedió la autonomia a Cataluña. Con unas instituciones políticas propias.La Guerra Civil dividió a los catalanes. Muchos apoyaron a Franco. Las instituciones franquistas en cataluña (y fuera) se nutrieron de catalanes. El Estado franquista reprimió el catalán. Los catalanistas moderados de la Lliga apoyaron a Franco como mal menor.

  4. La industrialización que se dió en Cataluña condujo a millones de españoles (sobre todo andaluces) a inmigrar a Cataluña. La represión del catalán, los mass media en castellano y la inmensa población inmigrante castellanoparlante que llegó a Cataluña hicieron que el castellano fuera la lengua dominante pública y, en parte, privada. El PSUC consiguió integrar a un sector obrero de izquierdas en la reivindicación de la autonomía y el respeto hacia el catalán.

  5. La transición impusló e Estado de las autonomías. El tratamiento fiscal debería haber sido equitativo, excluyendo los conciertos económicos. El término nacionalidad aplicado a Cataluña era una buena respuesta para diferenciarlo de las regiones sin plantearlas como nación.

  6. La Generalitat gobernada durante años por CiU intentó marginar al máximo el castellano y conseguir que la educación y la lengua de las instituciones fuera únicamente el catalán. Se potenció un desprecio hacia el castellano y los que hablaban castellano. Paradójicamente la lengua dominante a nivel de empresas fue el castellano.


  7. El Tripartito gobernado por Pasqual Maragall cayó en la misma dinámica nacionalista, empeorando la cuestión. En lugar de centrarse en cuestiones de equidad fiscal se centra en reivindicar a Cataluña como nación con criterios muy discutibles de tipo cultural e histórico.
El PSC pierde su carácter de izquierdas (como el PSOE) pero se va transformando paralelamente en una opción nacionalista moderada. Hay una contradicción entre un sector liberal y catalanista, que se alia con el aparato burocrático del partido y una base y un electorado obrero de origen inmigrante, que busca una política de izquierdas no catalanista.
  1. Cataluña es bilingüe por su historia y en lugar de entender esto como una riqueza se entiende como una lacra. Se habla del catalán como de la lengua propia sin entender que la lengua propia es la lengua que se habla y en Cataluña se hablan dos. Se identifica la cultura catalana con lo que se hace en catalán o bajo unos criterios folcloristas totalmente desfasado.

  2. Empieza una campaña sistemática de denuncia del llamado "expolio fiscal" como si los problemas de Cataluña vinieran de lo que nos roban los españoles. Esta campaña es regresiva (no entiende la solidaridad, diluye la lucha de clases y la cuestión central de las políticas sociales). Se introduce una división entre catalanes y españoles nefasta para la izquierda. Los responsables son en primer lugar el PP y sectores españolistas del PSOE y por parte catalana muchos nacionalistas e independentista por su sectarismo.

  3. El proyecto de los catalanes de izquierdas debería ser el de una República federal democrática y socialista en una confederación europea de tipo social. El enemigo de las clases populares catalanas es la oligarquía económica y burocrática que dirige Cataluña, España y el Mundo mundial. No el Estado español ni mucho menos los españoles.
Rebelión ha publicado este artículo con el permisos. del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuente

sábado, septiembre 08, 2012

Decenas de miles de trabajadores sevillanos reciben la Marcha Obrera del SAT


Sevilla, masiva e intimidatoria presencia policial, calor, jornaleras y jornaleros con los pies llagado recorren los últimos kilometros hasta la sede de la delegación del gobierno en Plaza España, entusiasmo de los trabajadores ante tales muestra de solidaridad y conciencia de clase.

 El sectarismo desaparece ante la conciencia obrera y las banderas repúblicanas, anarcosindicalistas, hoces y martillos, son tan solo flores del ramillete del ideario revolucionario. 

Las ausencias, significativas, por antisectarismo militante, ¡no se contabilizan!


(leer la noticia en Público)

jueves, septiembre 06, 2012

La visión darwinista de la condición humana es una justificación del statu quo




Entrevista a Máximo Sandín, autor de "Pensando la evolución, pensando la vida"
24-06-2011


El autor de Pensando la evolución, pensando la vida (Cauac, 2010) ha denunciado la vinculación del darwinismo con una visión de la vida impuesta por el poder económico.



DIAGONAL: ¿Cuál es la base científica del darwinismo?
 

MÁXIMO SANDIN: Se ha escrito tanto y se han inventado tantas historias y mitologías al respecto que esto que voy a decir va a resultar difícil de asumir, pero sólo es cuestión de dejar de leer libros “sobre Darwin” y leer directamente sus libros: La base científica, experimental o empírica de “Sobre el origen de las especies por medio de la selección natural o el mantenimiento de las razas favorecidas en la lucha por la existencia”, verdadero título de la obra de Darwin es absolutamente inexistente. La idea de la selección “natural” la obtuvo de la observación y lecturas sobre las actividades de criadores de animales y plantas, y su concepción de las relaciones entre los seres vivos, la “lucha por la vida” y la “supervivencia de más apto” provienen de Robert Thomas Malthus y Herbert Spencer, dos individuos muy desagradables, discípulos de Adam Smith, que veían la proliferación de los pobres como una amenaza para su bienestar.
Si uno se toma la molestia de leer “Sobre el origen de las especie, etc.” puede comprobar lo enormemente confusas y superficiales que eran las ideas de Darwin sobre la evolución (que, por cierto, llevaba más de 100 años siendo estudiada en las universidades). En el resumen final del libro mezcla el uso y el desuso, las condiciones de vida, la selección “natural”, la “guerra de la naturaleza”… en fin, un verdadero “cacao mental”. Incluso acabó proponiendo la “Pangénesis”, otra confusa mezcla de ideas lamarckianas, como mecanismo de la evolución. El verdadero artífice del darwinismo (no el único, pero sí el principal) fue Sir Thomas Henry Huxley que sí era biólogo (además de eugenista) y fue el que “depuró” las confusas ideas de Darwin más convenientes para su ideología: la selección “natural” y el azar. Para ello, fundó, junto con Hooker, Spencer y otros científicos afines el X-Club que controló las principales instituciones científicas de Gran Bretaña y también fundaron la revista Nature, con el objeto de promover el darwinismo y controlar las publicaciones. Se puede decir que Thomas Henry Huxley fue “el San Pablo” del darwinismo, al que convirtió en una especie de religión.

D.:
Pero el darwinismo actual no es el de Darwin…


M.S.:
El darwinismo actual no se sabe exactamente lo que es. Fundamentalmente es una visión Malthusiana de la vida (la competencia permanente de todos los seres vivos y hasta de las células y las moléculas y, sobre todo, la selección “natural” que elimina a los que no son adecuados pero que también “crea” lo inexistente…), pero como teoría científica jamás estuvo claramente formulado. Voy a intentar resumir cómo de montó la supuesta base teórica aceptada hoy, como dicen, por “la comunidad científica”: A principios del siglo XX, el darwinismo estaba prácticamente marginado por los biólogos porque los datos experimentales contradecían la variación gradual como responsable de la generación de nuevas especies. Entonces, un grupo de matemáticos y genetistas reunidos por su condición de fervientes eugenistas se inventaron la llamada “genética de poblaciones”, basada en una concepción simplista de la transmisión de las características genéticas que ya se sabía errónea por entonces, pero con los datos recientes es absolutamente falsa y basada en cálculos matemáticos (la probabilidad de sacar cara o cruz en una moneda lanzada al aire), es decir, también al margen de los datos experimentales. Sobre esa base “científica” se montó la llamada “Síntesis Moderna”, que es lo que se enseña actualmente en las universidades como base teórica de la evolución. Curiosamente, el artífice de este engendro que pretendió unificar bajo el darwinismo disciplinas cuyos resultados eran totalmente discordantes con él (la genética, la paleontología y la sistemática) fue, (atención) Sir Julian Huxley con su gran obra “Evolution: The Modern Synthesis” publicada en 1942. Este señor, nieto de Sir Thomas Henry Huxley, fue miembro vitalicio de la Sociedad Eugenésica, su presidente entre 1959 y 1962, fue el primer director general de la UNESCO y fundador de la World Wildlife Fund, cuyo actual presidente honorario es el duque de Edimburgo, no sé si le suena… En definitiva, creo que al darwinismo debería denominarsele más propiamente “Huxleismo”.


D:
Entonces, ¿a qué se debe el éxito del darwinismo tanto entre la elite científica como entre los no especialistas?


M.S.:
Parece claro que el arraigo de la “fe” (porque eso es lo que es) en el huxleismo (hablemos con propiedad) es producto del adoctrinamiento que los biólogos reciben en las universidades (han creado un mito de la figura de Darwin que no se corresponde, ni de lejos, con la realidad), por los libros de texto, generalmente de origen anglosajón que se utilizan y por el control de las publicaciones científicas también fundamentalmente anglosajonas. No olvidemos que la concepción de la vida del darwinismo-huxleismo tiene un gran componente cultural y que Darwin es un icono de la cultura anglosajona. La concepción individualista, competitiva (“el egoísmo individual lleva al bien general, etc., base, por otra parte de la teoría del “libre mercado” de Adam Smith) son conceptos centrales de las culturas de raíces calvinistas. Un adoctrinamiento que remata el recibido en los libros de texto de secundaria, que, por cierto, según me han informado colegas dedicados a la enseñanza, suelen ser una verdadera apología de la “ingeniería genética” y los transgénicos. Parecen bastante bien controlados. Y aquí quiero mencionar otro hecho histórico, al parecer, poco conocido. A partir del final de la segunda guerra mundial los grandes magnates mundiales, pero especialmente los Rockefeller, por medio de Universidades y Fundaciones creadas por ellos asumieron gran parte del control de la investigación biológica. En Internet se puede encontrar un largo artículo de una revista digital de la Universidad Complutense magníficamente documentado titulado ”
“Lisenko.
La teoría materialista de la evolución en la URSS
de Juan Manuel Olarieta que nos informa sobre cómo y porqué se produjo este secuestro de la Biología. Si tenemos en cuenta la creciente tendencia a la privatización de las universidades mediante el control de la investigación biológica y qué empresas son las que la financian y quienes son sus principales propietarios, no creo que sean necesarias más explicaciones.
En cuanto al arraigo popular del darwinismo, la explicación es más sencilla. En primer lugar, “porque lo dicen los científicos y los medios de comunicación”, en segundo lugar, porque es una explicación de la evolución muy simple, que todo el mundo puede entender (aunque en realidad es de una complejidad inimaginable). Todo el mundo se siente capacitado para hablar de evolución. En tercer lugar, porque la visión darwinista refleja la “realidad” del sistema económico, lo que no es extraño porque está basada en conceptos económicos-sociales. “La vida es así, son leyes de la naturaleza” y, finalmente, por la confusión que los mismos darwinistas han introducido con el falso debate (porque los científicos no tiene nada que debatir sobre esas cosas) con los creacionistas para reforzar su postura de “defensores de la ciencia”, convenciendo a muchos de que el que no es darwinista es creacionista.

D.:
¿Qué vinculación existe entre darwinismo y eugenesia?


M.S.: Toda. De hecho, la eugenesia, la doctrina que preconiza el impedimento de reproducirse a los “no aptos” y la reducción de la población mundial está en la esencia del darwinismo, tanto el de los libros de Darwin, como el de los “creadores” de la Síntesis “moderna” y en la ideología de sus máximos valedores, los grandes magnates mundiales (por favor, busquen en internet, por ejemplo, “eugenesia y Rockefeller”). No quiero alargarme con citas textuales de Darwin (en mi página personal hay bastantes), pero su libro “Sobre el origen del hombre” está repleto de ideas eugenistas, además de muchas otras bastante estúpidas. Darwin era eugenista, al igual que su primo, Sir Francis Galton, fundador de la Sociedad Eugenésica, Leonard Darwin fue el segundo presidente de esta sociedad y Horace y Emma Darwin, también hijos de Darwin, fueron miembros destacados. E insisto, todos los matemáticos y genetistas implicados en la “creación” de la genética de poblaciones con el objetivo de “demostrar matemáticamente” cómo la selección “natural” podía “fijar” variaciones “imperceptibles”, eran eugenistas, porque las ideas de cambio (“ascenso”) gradual y, sobre todo, la selección “natural” son las bases fundamentales de esa ideología. Una ideología que sigue vigente como podrán comprobar si se molestan en informarse (busquen, por ejemplo el Galton Institute).

D: ¿Qué implicaciones sociales, políticas y económicas tiene el basar nuestra visión de la Naturaleza y la vida en el azar y en la “supervivencia del más apto”?

M.S.: Voy a responder con unos datos históricos. A principios del Siglo XX hubo un duro debate entre científicos conservadores, fervientes darwinistas, que justificaban las desigualdades sociales en base a las diferencias biológicas entre los individuos, teorías que han recibido el nombre de “determinismo biológico” (por cierto, muy en auge en la actualidad) y científicos progresistas que afirmaban que el ambiente y las condiciones sociales en que los individuos se desarrollaban eran responsables de gran parte de esas diferencias; eran los llamados “ambientalistas”. Naturalmente, fueron los perdedores en el debate. Y es que la visión darwinista de la condición humana es, desde su origen, una justificación del “statu quo”. Es muy célebre la sentencia de John Rockefeller (siempre aparecen los Rockefeller cuando se sigue la historia del darwinismo): “El crecimiento de un gran negocio es simplemente la supervivencia del más apto /…/ es simplemente la combinación de una ley de la Naturaleza con una ley de Dios”. Porque la ideología darwinista ha transformado en “leyes” científicas los peores defectos de la condición humana: el egoísmo, la competencia, la avidez por la riqueza, la explotación de los hombres y de la Naturaleza, forman parte de las “leyes naturales”, y para que estas “leyes” se cumplan, la usura, el expolio y la violencia son instrumentos necesarios.
Creo que los jóvenes progresistas que se creen darwinistas por oposición al creacionismo deberían informarse sobre quienes crearon y quienes mantienen este “pensamiento único” biológico en contra de todas las evidencias científicas. También sería bueno que se informaran sobre la verdadera opinión sobre el darwinismo de Marx y Engels, cuando leyeron la obra de Darwin con atención.

D: Una de las versiones del neodarwinismo que más éxito ha tenido es la de Richard Dawkins y su libro El Gen Egoísta.

M.S.: Dawkins presentó su libro como una versión moderna del darwinismo (en sus propias palabras), como un reforzamiento de la concepción darwinista de la vida y, efectivamente, comparte la esencia del darwinismo: explicaciones retóricas, sin el menor soporte empírico y basadas en perjuicios culturales. Su “explicación” de cómo aparecieron los “genes” es como un relato de ciencia ficción: “en algún lugar surgió un replicador….”, luego los replicadores “comenzaron a competir…”; después “crearon una membrana…” algo sin el menor sustento real, porque no existen moléculas “autirreplicadoras”. El ADN necesita de todo un conjunto de complejas moléculas para su replicación.
Pero lo más definidor de su concepción es la calificación de los genes como moléculas “egoístas”. Aquí me veo obligado a citarlo textualmente: “El planteamiento de este libro es que nosotros, al igual que todos los demás animales, somos máquinas creadas por nuestros genes. De la misma manera que los prósperos gangsters de Chicago, nuestros genes han sobrevivido, en algunos casos durante millones de años, en un mundo altamente competitivo. Esto nos autoriza a suponer ciertas cualidades en nuestros genes . Argumentaré que una cualidad predominante que podemos esperar que se encuentre en un gen próspero será el egoísmo despiadado. Esta cualidad egoísta en el gen dará, normalmente, origen al egoísmo en el comportamiento humano”. Esta especie de obsesión “cultural” con el egoísmo hizo que su “teoría” calara profundamente en los científicos anglosajones (y en los “anglosajonizados”) de modo que durante mucho tiempo se ha considerado a la parte más importante de los genomas, la que regula la expresión de los genes codificantes de proteínas, “ADN basura”, lo que ha entorpecido considerablemente el avance en los conocimientos genéticos. De hecho, en artículos científicos, todavía se ve la calificación de “elementos egoístas” para los elementos móviles y retrovirus endógenos, que son parte constitutiva y esencial en los genomas.
El verdadero significado de la doctrina de Dawkins no es muy difícil de desentrañar: para Adam Smith, es el egoísmo del carnicero, del cervecero o del panadero el soporte de la sociedad mediante “la mano invisible del mercado”, Para él, es del egoísmo del “gen” del que surge la Naturaleza mediante “la mano invisible de la selección natural”. Para mí lo más nefasto de su éxito es la influencia, el adoctrinamiento que produce entre los chicos jóvenes que consideran su paranoica concepción de la realidad como una “interpretación objetiva liberada de idealismos “y muchos le adoran como líder de la lucha contra el creacionismo, a lo que ahora se dedica de forma exclusiva, supongo que para no tener que discutir con los científicos sobre los genes “egoístas”.
Pero creo que lo más significativo sobre el interés en mantener este adoctrinamiento es que se creó exclusivamente para él la Cátedra Simonyi “para la comprensión pública de la ciencia” que, desde mi punto de vista es como si nombraran Dalai Lama a George Bush.

D: ¿Cuál es la situación de la biología actualmente? ¿Se está en camino de superar el paradigma darwinista?

M.S.: Actualmente hay datos científicos suficientes para relegar científicamente el darwinismo al olvido, pero sinceramente no tengo mucha esperanza en que esto ocurra. Hay muchos intereses implicados, por una parte, en el mantenimiento del adoctrinamiento social (la “justificación científica” del sistema), y por otra en la concepción determinista y reduccionista necesaria para las manipulaciones genéticas de la gran industria de la “biotecnología” y los transgénicos. Por eso, las autoridades darwinistas, ante la avalancha de datos que son totalmente contradictorios con sus bases teóricas (los fenómenos epigenéticos, los elementos móviles, los virus endógenos, todos ellos manifestaciones de respuestas del genoma al ambiente) lo que sugieren es crear una “Síntesis ampliada”, es decir, intentar embutir a la fuerza todos esos datos reales en su teoría inventada para que no cambie lo fundamental, su concepción patológica de la naturaleza y de la sociedad. Pero en palabras de un alumno mío (cito textualmente de un trabajo científico): “un truño ampliado es sólo un truño muy grande”.
Sí están surgiendo voces de científicos prestigiosos que plantean la necesidad de un cambio radical en la concepción de la Biología, pero son ignorados por la ciencia “oficial” y, por supuesto, por los medios de comunicación. Incluso los “disidentes” tolerados, como Lynn Margulis procuran nadar y guardar la ropa afirmando que está en contra del neodarwinismo (que es supuestamente el darwinismo oficial) pero que es darwinista. Ella sabrá por qué lo dice, y creo que lo sabe.

D: Vd. defiende una propuesta basada en la Teoría de Sistemas (autoorganización, ambiente) en la que los virus y las bacterias habrían sido las responsables del surgimiento de la vida en la Tierra. ¿Qué implicaciones socio-políticas tiene esta propuesta?

M.S.: Antes de responder quisiera aclarar que no considero que “mi propuesta” sea mía, en primer lugar, porque creo que las ideas no tienen dueño y en segundo porque lo que he hecho ha sido recoger ideas de grandes científicos y pensadores ocultados o ninguneados por “el poder” científico, unificar, interrelacionar sus propuestas, y lo que sí he añadido es una concepción general apoyada por los datos actuales que puede ser parcial, pero creo que no totalmente errónea.
En cuanto a su pregunta sobre sus posibles implicaciones sociopolíticas, me parece un tema muy interesante aunque para los darwinistas (los huxleistas) es un tema tabú. Para ellos la ciencia es algo aséptico, basado en datos científicos (aunque todavía están buscando los suyos) y al margen de ideologías sin ser conscientes de que su teoría es todo lo contrario de lo que predican. Es una proyección sobre la Naturaleza de los conceptos económicos y sociales de la doctrina del “Laissez faire”, según Bertrand Rusell y otros prestigiosos pensadores. Pero no resisto la tentación de citar textualmente a Karl Marx, del que no se puede decir que fuera precisamente simple, en una carta a Engels, después de leer con atención el libro de Darwin que, inicialmente consideró positivamente como explicación “materialista” de la Naturaleza: Es curioso ver cómo Darwin descubre en las bestias y en los vegetales su sociedad inglesa, con la división del trabajo, la concurrencia, la apertura de nuevos mercados, las ‘invenciones’ y la ‘lucha por la vida’ de Malthus. Es el bellum omniun contra omnes de Hobbes, y esto hace pensar en la Fenomenología de Hegel, en la que la sociedad burguesa figura bajo el nombre de ‘reino animal intelectual’, mientras que en Darwin es el reino animal el que representa a la sociedad burguesa. (Marx-Engels Correspondence 1862 Source: MECW Volume 41, p. 380).
Las consecuencias de edificar una supuesta teoría científica, una visión de la Naturaleza, sobre conceptos, más bien sobre prejuicios sociales sórdidos y crueles y posteriormente intentar hacer creer que esos prejuicios son “leyes naturales” han sido nefastas. Han sido usados como instrumento de dominación, de justificación de la injusticia y de lucha contra la Naturaleza. Por eso tengo cierta reticencia a intentar aplicar teorías “científicas” a la planificación social. Pero en cualquier caso parecería más razonable observar cómo funciona realmente la Naturaleza e intentar amoldar, adecuar el comportamiento social a ella, como han hecho siempre los seres humanos considerados “primitivos” por los “superiores” que lo que han hecho los creadores del “libre mercado” y su extensión científica el darwinismo, que es exactamente lo contrario. Y en este contexto las características fundamentales de la naturaleza derivadas de “mi” propuesta, (que no voy a plantear aquí porque es un tema complejo, porque los procesos biológicos son de una enorme complejidad) son que los fenómenos que componen la vida, desde las células, los órganos y tejidos, los organismos, las especies y los ecosistemas, hasta la totalidad del ecosistema global que constituye la Tierra, están organizados en sistemas interconectados, cada uno de ellos integrados en otro sistema de rango mayor en los que todos, absolutamente todos sus componentes son necesarios para un funcionamiento equilibrado.
Que lo que mantiene la dinámica de la Naturaleza no es la competencia sino algo que podíamos llamar cooperación si no fuera un término antropocéntrico tan del gusto de los darwinistas y que prefiero denominar relaciones de interdependencia. Es decir, que la forma más adecuada de vivir en armonía con la Naturaleza ha sido la que ha mantenido el Hombre durante la inmensa mayor parte de su existencia sobre la tierra: el “colectivismo primitivo”, pero como es evidente que no parece razonable intentar volver a ese modo de vida, creo que se puede definir sucintamente el modelo social que más se ajusta a la forma, a los sistemas en que está organizada la Naturaleza con tres 

palabras: Autogestión y federalismo.
Fuente: http://diagonalperiodico.net/Version-completa-La-vision.html